El alto funcionario, anteriormente en el gabinete del Ministerio de Industria y Comercio Internacional, Masayoshi Arai, uno de los secretarios ejecutivos del Primer Ministro, Fumio Kishida, fue despedido el sábado 4 de febrero por haber hecho comentarios homofóbicos frente a los periodistas el día anterior. Él había declarado que él “No me gustaría tener una pareja LGBT como vecino” y que el «odiaría conocerlo». Estos comentarios provocaron una fuerte reacción del Sr. Kishida, quien los juzgó “impactante e inconsistente con la línea de su gobierno de respetar la diversidad y promover una sociedad inclusiva”.

Cuando se filtraron a la prensa extractos de estas declaraciones, el funcionario comenzó negando rotundamente haberlas hecho, antes de reconocer que fueron «inadecuado». El Sr. Arai no fue su primer comentario homofóbico.. Opuesto al matrimonio para todos, ya había declarado que si entraba en vigor tal reforma, “cambiaría la sociedad y llevaría a los japoneses a abandonar su país”.

En un editorial, el diario asahi escribiendo : “Nos preguntamos si escuchamos correctamente. Uno de los colaboradores cercanos del Primer Ministro, que en ocasiones puede ser su portavoz, sostiene propuestas discriminatorias que describen de manera simplificada la cuestión de la conciencia del gobierno actual sobre los derechos humanos. ¿Es «la sociedad inclusiva que reconoce la diversidad» prometida por el gobierno de Kishida solo una promesa de boquilla? », pregunta el diario.

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La franja conservadora del Partido Liberal Democrático (PLD), entregada por el señor Kishida, es considerada para matrimonio para todos los que “iría en contra de los valores tradicionales del país”. El Primer Ministro, por su parte, cree que«Debemos tener cuidado con este tema que afecta la estructura de la familia en Japón». En diciembre, un miembro del PLD, Mio Sugita, viceministro de Asuntos Internos y Comunicación, también había tenido que renunciar por sus posiciones contra las minorías sexuales.

Opinión pública a favor del matrimonio para todos

Japón es el único país miembro del G7 que no reconoce las uniones del mismo sexo. El progreso se está logrando en pequeños pasos. Siguiendo a otros municipios del archipiélago, la ciudad de Tokio adoptó en octubre un sistema de asociación para parejas del mismo sexo que viven, trabajan o estudian en la capital. En 2015, dos distritos de la ciudad, Shibuya y Setagaya, ya habían puesto en marcha los primeros sistemas de asociación.

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