Inmunizar a unos 15 millones de nias y nios el mundo contra el virus del papiloma humano con vacunas fabricadas en Blgica

Unos 22 das para convertir un concentrado de clulas de dos mililitros en 600 litros para elaborar una partida de cientos de miles de dosis de Cervarix. Con esta vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), que ya est bajo el paraguas de la financiacin pblica en Espaa, se inmunizar a unos 15 millones de nias y nios en todo el mundo y se pondr la primera piedra para que no desarrollen tumores genitales asociados a este patgeno.

Esto es solo un ejemplo de lo que se hace en la mayor fbrica de vacunas del mundo. Su propietaria es la biofarmacutica britnica GlaxoSmithKline, ms conocida como GSK, una de las consideradas big pharma, adems de referente en el campo de la inmunizacin, junto a la francesa Sanofi. EL MUNDO viaja hasta las entraas de las instalaciones situadas en Wavre (Blgica) para ser testigos de lo complicado que es fabricar una vacuna. Como afirmaba Drew Weissman, galardonado esta semana con el Nobel de Medicina: Una vacuna no se hace en 10 meses, lleva aos de trabajo y meses de produccin.

Ms de 140 aos de historia en busca de escudos frente a las enfermedades infecciosas avalan el trabajo puntero que se realiza hoy en esta compaa. Ms de 6.000 personas trabajan en turnos para cubrir las 24 horas, lo que significa que no hay parones en la fabricacin. La superficie que ocupan el conjunto de edificios es el equivalente a 70 campos de ftbol.

Desde que uno cruza la garita de entrada hasta que sale debe contar con una suerte de escolta, alguien de la compaa siempre va con la persona invitada. Antes de llegar all se ha cumplimentado un cuestionario de salud (si sospechan que vas enfermo, no entras) y verifican que todo sea cierto. Tenemos que estar seguros de que no se contamina nada en ninguno de los procesos. Seguimos todos los estrictos protocolos. Manejamos material biolgico y si se sospecha que algo no cumple los estndares de calidad, se elimina, explica tajante el mximo responsable del edificio 26, cuyo nombre no nos permiten difundir por cuestiones de seguridad y proteccin de datos.

En el amplio hall del edificio principal hay una escultura cuyo leimotiv es la gran cadena de ADN que asciende los casi cinco pisos cuyas ventanas acristaladas se observan desde el lobby. Bien pensado recuerda a ese esqueleto del tiranosaurio rex emblema de la saga de Parque Jursico. Es decir, uno ya sabe lo que regulados del mundo. Y expone un dato sorprendente: el 70% del tiempo lo invierten en comprobar que estn siguiendo los controles de calidad.

Cuando recorremos los pasillos del edificio 26 siguiendo el paso a paso de la vacuna contra el VPH tomamos consciencia de ello. Nadie sale ni entra a una sala sin que se sepa. Todo queda registrado, incluso nosotros. No hay ningn mecanismo ni proceso en tubos, tanques, probetas que no est monitorizado. Hay tablones en los que se colocan tarjetas verdes o rojas segn el resultado de los exmenes.

Y, por supuesto, el control de la asepsia es mximo. Antes de entrar al edificio 26 nos recuerdan que si sospechamos que estamos enfermos, mejor no entremos. Si hemos estado en contacto con alguien enfermo, tampoco. Adems, nos sometemos al escrutinio de la responsable que nos ensear cmo vestirnos para entrar: Fuera el maquillaje, todo. Pendientes y relojes a la taquilla. Esmaltes fuera. Si es semipermanente y no se puede quitar, no se entra.

Cierto es que esto no le debera sorprender al visitante, pues los requisitos se conocen antes de cruzar la garita de seguridad del recinto. As, de vuelta a la aventura de conocer cmo de un pequeo frasco con el antignico suficiente que proporcionar un escudo anticncer en casi ocho de cada diez vacunados, nos desprendemos de nuestra ropa de calle y nos colocamos todo un set de hasta dos capas de un vestuario que se esteriliza todos los das y que incluye gorro, capucha, zapatos, gafas y guantes. En el edificio 26 la gran mayora de sus 400 trabajadores pasan por este proceso todos los das.

Hay varios niveles de proteccin segn lo cerca que uno se halle del manejo de la sustancia y se distingue al personal por colores: azul claro, verde y azul oscuro. Nosotros tenemos el azul claro, no vamos a entrar en salas crticas. Desde diferentes ventanas a lo largo de un pasillo (a modo de vitrinas de reptilario de zoo) vemos como otros con verde y azul oscuro manejan sustancias y realizan tareas junto a tanques y probetas. A lo largo de la fabricacin de una vacuna se hacen ms de 100 test de validacin, recuerda Dekoninck.

Su compaero que nos acompaa por el edificio 26 lo certifica: Antes de pasar de un proceso a otro realizamos test para conocer el estado de la sustancia. Tambin lo compara, grosso modo, con una cata de vino cuando ste pasa del tanque a los barrilles: Tenemos que estar seguros de que se cumplen los estndares de seguridad en todo momento. La gente no es consciente de lo importante que es todo esto.

Si se diera un fallo, se provocara una rotura de stock, traducida en un retraso en la inmunizacin de una poblacin en concreto. Sera una oportunidad de reaparicin para muchos virus hasta ahora metidos en el cajn del olvido gracias a las vacunas.

Yan Sergerie, vicepresidente mdico global para GSK del portfolio de vacunacin para adultos, subraya este hecho. Cabe recordar que la vacunacin en los mayores reduce el impacto de las complicaciones derivadas de las infecciones, los ingresos e incluso evita los fallecimientos. Esto es particularmente significativo cuando se inmunizan frente al neumococo, ttanos, difteria, hepatitis A y B, gripe y virus respiratorio sincitial (VRS). El impacto del VRS en mayores tambin es importante porque est detrs de un elevado nmero de fallecimientos en mayores de 65 aos (89% en EEUU, por ejemplo).

Desde Wavre se producen ms de 20 tipos de vacunas. Algunas en viales, otras en jeringuillas ya precargadas y otras en viales para una toma oral. En total, en 2022 superaron los 500 millones de dosis, un 90% llevaba el sello made in Belgium, que distribuyeron en ms de 160 pases. As, podramos inferir que a Espaa seguro llegaron dosis belgas fabricadas a menos de 30 kilmetros de Waterloo contra la hepatitis B; la vacuna triple vrica, que protege contra el sarampin, las paperas y la rubola; contra el rotavirus, cuya dosis es oral (bebible); adems de la meningitis y el virus de papiloma humano (HPV); sin olvidar el neumococo, la gripe y el herpes zster.

Cabe destacar que Wavre cuenta con dos plantas de apoyo a menos de 10 y 30 minutos, Rixensart y Gembloux, respectivamente. Esto sirve para conseguir elevar la produccin hasta los dos millones de dosis diarias. Antes de la fabricacin hay un paso clave: el desarrollo de la vacuna. A esto se dedica un 30% de los trabajadores de estas instalaciones. Las nuevas plataformas tecnolgicas nos permiten fabricar vacunas hasta ahora impensables contra algunos patgenos, explica Phil Domitzer, vicepresidente senior y director de I+D en vacunas de GSK.

Con todo, la pregunta que queda es por qu si son uno de los laboratorios top no tuvieron una propuesta a tiempo contra el Covid-19. trabajamos con Sanofi y Medicago en una vacuna que ya est en fase III, seala Domitzer.