Como Director Ejecutivo del IERAL, que depende de la Fundación Mediterránea, Enrique Szewach es, junto con Carlos Melconian, responsable de elaborar lo que podría llamarse el plan económico que la FM tiene para ofrecer a las distintas fuerzas políticas que concurren a las elecciones presidenciales de este año este. A modo de síntesis, Szewach propone un «cambio de régimen económico» para sacar a la Argentina del estancamiento económico. Lo que sigue es un resumen de la charla que se mantuvo con Clarín.
– ¿El Gobierno tiene chances de mejorar la situación de la economía de acá a las elecciones?
– No, es fácil. Sergio Massa quiere bajar la tasa de inflación con este meta medio rara de un punto porcentual cada 75 días. Y yo porque los anclas que seleccionaron para alcanzar ese objetivo no sirven. El tipo de cambio oficial se está devaluando menos, pero lo cierto es que cada vez importa menos el dólar oficial en la formación de precios, porque no hay reservas y la verdad es que la economía fija sus precios mirando más el tipo de cambio libre que el oficial El Central no puede vender todos los dólares que le piden al precio oficial y en ese escenario atrasar el tipo de cambio es más peligroso que virtuoso.
– ¿Pero la estrategia no le sirve para llegar a las PASO oa las elecciones?
– Es que tenemos un gran problema: la sequía nos quitará muchos dólares. Massa va a tener que inventar un soy dólar 3, 4 o 5… e incluso así no se si le va a alcanzar. Y tampoco va a servir como instrumento antiinflacionario porque, repito, los precios están fijados a un dólar más cercano al libre que al oficial.
– La sociedad, lo dijo el Presidente esta semana, toleró la suba de la inflación y no hubo nada parecido a un estallido social. ¿Será un problema que no pueda bajarla? ¿Podría conformarse con que no se escape más?
– Hay un problema vinculado a la política. Ir a las elecciones con 100% de inflación es ir a perderlas, aunque ya sabemos que hoy mismo tiene pocas posibilidades de ganarlas. En ese contexto es que veo inalcanzable la promesa de Massa de lograr que el IPC de algún mes cercano emppiece con 3 y no con 5 o con 6. Lo veo muy difícil.
– ¿Es comprensible pensar que tal vez el Gobierno se conforma con llegar a la elección sin una economía estallada y que se arregle el que sigue?
– Insistir. Si el Gobierno quiere que no le explote la economía debería mostrar algo más potente. No alcanza con decir que se firman acuerdos de precios transitorios y en el medio agravar los problemas que ya tiene. No puede apostar a empeorar el tipo de cambio real. Ni quedarse sin reservas y al mismo tiempo aumentar la deuda en pesos. Así se hace difícil transitar con una mínima tranquilidad el camino hasta llegar a las elecciones. El meta que si se puede registrar se repite en 2022, con una inflación parecida a la del año pasado y con un poco más de recesión. Si este es el meta, es posible que logren. Me porque ese puede ser el escenario, el de firmar el empate. Pero así y todo no podría asegurar que no tengamos un accidente macroeconómico en el medio.
– ¿Ese accidente por donde podría venir?
– Las crisis suelen venir por el lado del dólar. En toda su historia la Argentina suele tener los inicios de la crisis en el mercado cambiario. En el medio tenemos la refinanciación de la deuda en pesos. If los privados se caen y además, la demande de pesos cae, el Banco Central tiene que emitir para reemplazar a los acreedores privados…
– Sobre el tema del dolar, es posible que la empresa valga el pero pesos si es dificil dolar y por el tema del cambio, entre muchas comillas, es manejable?
– En parte eso es cierto. Pero el cepo controló parte del pedido. Al final del día puede ocurrir que los tipos de cambio financieros sean iguales. Si además cae la solicitud de dinero, la gente pasa sus pesos a dólares. Los que no pueden ir al mercado oficial se van a dolarizar con seguridad.
– Hay un compromiso asumido con el FMi de bajar los subsidios a los servicios públicos. ¿Cree que el Gobierno avanzará con los ajustes tarifarios si la inflación no cede?
– Hay un acuerdo con el Fondo Monetario y Massa ha repetido más de una vez que hay que cumplirlo. Creo que eso será así hasta el segundo trimestre. Yo creo que de la mitad de año el Gobierno va a olvidar del acuerdo y dejar el ajuste de tarifas al Gobierno que viene. Tampoco creo que al Fondo Monetario importe mucho que este Gobierno se desvíe del compromiso asumido. En definitiva, va a haber alguna quita de subsidio, algún aumento, pero no se va a cumplir con todo lo que está firmado en el acuerdo..
– ¿Argentina puede sufrir algún shock externo este año? ¿A qué habrá que estar más atentos?
– El único shock que pegó en 2022 fue el del precio de los merchandise por la invasion rusa a Ucrania. La soja vale 600 dólares si el costo vale 300. Tenemos la sequía que nos vale a sacar muchos dólares, y algo va a compensar menos importaciones de energía. Hay que seguir de cerca Brasil, porque a ellos sí los globales vaivenes le pegan y eso deriva, si algo malo ocurre, en que Brasil nos comprende menos a nosotros.
– ¿Massa tiene chances de dar alguna noticia buena este año?
– Está muy limitado y por lo tanto tiene pocas posibilidades de dar buenas noticias. Depende de que los precios de la carne no se débanden y de que la sequía no sea tan terrible como parece que será. También su suerte dependerá de si los costos de los organismos multilaterales y si puede hacer lo mismo con la creatividad de la soja o costos similares. Pero es verdad que cada día que pasa tiene menos margen.
– Como hace un siglo, dependemos de que llueva.
– Seguro que es así, porque la cuenta capital la tenemos cerrada. Nadie nuestros servicios. La única de que lleguen dólares es por la cuenta comercial o de que nos presten dólares las organizaciones o, tal vez, Chine.
– ¿Massa tiene por delante un plan de llegar, como dice su compañero en el Ieral Carlos Melconian?.
– Tal cual. Es difícil imaginarse otra cosa en este escenario. Pero también hay que decir, a favor de Massa, que si me preguntaban en junio del año pasado si el Gobierno llegaba a enero de 2023 como está hoy, decía que no. Massa inventó algunas cosas y además se asustó el oficialismo cuando se vio al borde del abismo. Lo que ocurre es que el oficialismo 2023 cree que pierde la elección nacional pero puede ganar la Provincia de Buenos Aires.
– ¿Y eso qué significa?
– Me porque se han vuelto más audaces que hace unos meses. El ataque a la Corte Suprema era impensable como junior. Hoy el oficialismo se atreve otra vez a jugar con fuego porque se ven más lejos del poder que cerca. Están invirtiendo, si se quiere, el teorema de Baglini.
– ¿Su lectura es que el Gobierno hoy no lo está ayudando a Massa?
– Daría es una impresión. Era más fácil ayudar con los proyectos que elaboró Economía, como el blanqueo, que avanzar contra la Corte.
– ¿El próximo Gobierno puede hacerse hoy un escenario de que va a encontrar en 2023, si es que la oposición gana, o hay que esperar lo que suceda este año?
– Desde el punto de vista global es evidente que hay que hacer un cambio de régimen. implica que hay que devolver al sector privado invertir y crear empleo y crecer. Hace 20 años que eso no pasa. Reconstruir el sistema de precios allí. Hoy están segmentados los precios de los dólares, las tarifas, las prepagas… No hay un sistema de precios que pueda servir de orientación. hay que hacerlo en un contexto en el que cada uno quiere tener su mayor precio relativo. Pero eso es lo que no se puede, no pueden someterse a todos los precios.
– Quedó perimida la cuestión de si se avanza con shock o con gradualismo?
– Depende de la política. Una cosa es la secuencia de las medidas, otra es cómo se anuncian y otra la instrumentación. Yo creo que habrá shock y gradualismo. Hay que manejar los tiempos en función de cómo queda el panorama político. Se necesitan importantes apoyos en el Congreso y en las provincias. Esta no es una discusión sobre shock o incrementalismo. Es acertar en la secuencia y en la negociación.
– ¿Habrá posibilidad de pedir un salvavidas financiero para la transición?
– No está disponible ese salvavidas. No hay a quién pedirle. Ya perdimos esa oportunidad. En Washington, la credibilidad de la dirigencia política argentina es cero. Acá hay que lograr que la política se convenza de las cosas que hay que hacer y en otros aspectos aislar de la política ciertas cuestiones económicas.
– ¿Qué sería eso?
– La cuestión fiscal, monetaria y cambiaria debe ser manejada en forma profesional. Hay que lograr acuerdos de largo plazo en todos esos temas. El problema que como no hay dólares, para ganar lograr credibilidad, el próximo gobierno debe acuerdos potentes, que pueden convencer a los agentes económicos ya la sociedad de que la cosa va en serio.
– La cuestión cambiaria, la brecha, el cepo, ¿cómo se resuelven?
– Vamos a tener que ver cuál es la herencia. Hay enjaulados pesos que quieren dolares. Si el programa es potente y la demanda de dinero responde se podrá avanzar más o menos rápido.