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Paco Cano se marcha en Cádiz cuando entra

01/02/2023 a las 05:00

HEC


Corredor Veterano, a sus 78 años había superado un cáncer y, tras un parón obligado, estaba listo para volver a competir

Pantalón deportivo negro; camiseta blanca y zapatillas. Paco cogió varias piezas de fruta, un yogur, una mochila pequeña y se acercó a su mujer: «Hoy voy a hacer una ruta más larga, así que no vuelvo para comer». Se despidio sonriente. No volví a verlo más.

Se lama Paco Cano, tiene 78 años (acaba de cumplirlos, el 24 de diciembre), y un registro inalcanzable como atleta: medallas en diez campeonatos europeos (fue subcampeón de Europa), un sinfín en pruebas nacionales y una marca en atletismo al alcance muy de pocos: 800, 1.500 y 3.000 metros. En todas esas pruebas ha triunfado en la categoría Máster (Veteranos). El 13 de agosto salió, como siempre, a caminar, a entrenar. No volvió.

«Llevamos más de cuatro meses buscando a mi padre», lamentó su hija Irina. Profesor de Educación física jubilado, muy querido en su pueblo -Los Barrios (Cádiz)- sus vecinos, su familia, sus alumnos, sus amigos, no dejan de buscarlo, «pero seguimos como al principio», lamenta su hija. Nada levantó un el.

Paco Cano, referente en Atletismo Máster, en varias fotos en competición. | CASO ABIERTO

Aquel sábado por la mañana Paco Cano acude, como siempre, al quiosco de su barrio. «Generalmente, solía ir por la mañana a comprar el periódico y por la tarde a hacer su ruta andando. Ese día, en vez de irse por la tarde, se va desde por la mañana, pero hace, en cierto modo, su rutina diaria, porque lo ven».

Paco acude a la prensa, se encuentra con un amigo de la familia. Luego emprende su ruta, se cruza con varias personas, camina normal. «A mi padre lo tienen localizado todo el día hasta que llega un momento, por la tarde, en el que desaparece«. Se hizo de noche, llegó la hora de nuit, y Paco no vuelve a casa. «Sin explicación alguna… no lo vemos más».

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El domingo por la mañana denunció su ausencia ante la Guardia Civil. Su pueblo, casi al completo, se enteró de la noticia. Al arrancar no hubo medios de comunicación, ni carteles; llegarían después. Una noticia apareció a la familia de Paco: «los agentes dijeron a mi madre: su marido está en Medina Sidonia (Cádiz), compitiendo», explicó Irina.

Con otros corredores en Medina Sidonia

Rosa, la mujer de Paco, respiró aliviada, era extraño que no hubiera avisado… pero pensó en lo mejor. El hijo de Paco comprobó que la información no cuadraba: «Es imposible que papá esté en Medina, no hay ninguna competición allí».

Buscó carreras en lugares cercanos, la única celebraba ese día tenía lugar en otra localidad gaditana, Rota. Preguntaron por los circuitos de corredores, «a mi padre lo conocía a todo el mundo del atletismo». Confirma eso Paco no estuvo allí.

El dato era erróneo. “Es una información que no se contrastó”, lamentó Irina. Veriguaron que aquella mañana, mientras Paco compraba el periódico, met con un amigo de la familia y mantuvieron una breve conversación:

-Amigo: «¿Dónde vas Paco?»

-Paco: Voy a ir a hacer una ruta hasta Medina.

-A: ¿Cómo vas a hacer tanto? ¿Hasta ahí?

-PAG: (Bromeando): ¿Te quieres venir?

«Mi padre era muy bromista. Otras veces decía que se iba a Tarifa andando», recuerda Irina.

testigo trasero

Arrancó de nueva la búsqueda, ya que la familia insistirá en que la pista de Medina Sidonia no era real. Se peinó toda la zona que Paco solía recorrer, «una y otra vez, por el mismo sitio».

Dos nuevos testigos aportaron información: Una mujer afirmó haberle visto a las 20:30 horas del sábado que desapareció. «Mi padre estaba en el casco urbano, próximo a las vías de senderismo, pero ya en el pueblo». Las batidas se centraron en la zona de Vega de Ringo Rango, by cuyas proximidades discurre un camino muy transitado por deportistas y personas que salen a pasear a las afueras del casco urbano de Los Barrios. No había nada que llevara a Paco. Se miró el río, no había rastro de él.

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Otro testimonio se sumó al de la señora: «otra persona dijo que le pareció ver a mi padre a las 9:30 horas de la mañana, ya del domingo, en la misma zona, en el mismo punto. Creemos que pudo equivocarse». el testimonio de eseo tuvo mucha fuerza para la familia, sí para el equipo investigador: «nos dijeron que se acababa la búsqueda porque era una desaparición voluntaria, mi padre había decidido marcharse».

18 dominatrices

Su imagen empezó a difundirse: «se busca a Paco Cano». Se pusieron carteles por Algeciras, San Roque y todos los pueblos de alrededor. Cano, que ha dedicado toda su vida al deporte, había desaparecido cuando iba camino de hacer lo que más le gusta: caminar, entrenar.

Hasta que se jubilo, fue el profesor de Educación Física más querido de Los Barrios. Su amor por el deporte le llevó a la gran competición. «No hay que sentarse en el sofá cuando viene mal dadas. Hay que sucio, trabajar, mover...», solía decir.

A sinfin de medallas han colgado de su cuello. Amante de la vida sana, «es muy especial con la comida; obsesivo con las cosas que engordan y no…», describe Irina. «Instalado en casasiendo profesor de Educación Física, una de las pruebass que nos hacia pasar, porque yo fui tambien alumna suya», sonrie. «Teníamos que sufriéramos las cuerdas, como los bomberos… Pues él se había montado una y, cada año, por su cumpleaños, se grababa assiséndolas, a dos manos. Tres metros de cuerda… Le encantaba enseñarlo».

Paco Cano, sumiso las cuerdas cuando cumplió 76 años. | CASO ABIERTO

El ejercicio es su motor. Solo ha parado, obligado, colgante un par de años. Se detectó un tumor, un cáncer de próstata. Lo superó. «Ya estaba en pleno rendimiento», cuenta Irina. Recuerda la cara que ponían los adolescentes cuando, a su edad, lo veían hacer «tranquilamente, 17 o 18 dominadas…». Estaba ilusionado, «ya estaba mirando la próxima competición».

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«Todas las hipótesis abiertas»

Cuatro meses después todo está como al inicio. No hay nada que llève a él. «El caso ha cambiado de investigadores varias veces; lo cogió primero la Guardia Civil de Algeciras, luego pasó a Tarifa, ahora a Algeciras otra vez», resume Irina. «Lo único que sabemos, nos transmiten, es que ‘todas las hipótesis están abiertas’, que eso para la familia no da ninguna tranquilidad».

Un juicio de la familia, no es posible que Paco haya desaparecido voluntariamente. Al principio, algo les decía que podía haber sido una desaparición accidental: «mi padre, aunque está en forma, no deja de tener 78 años. Desaparece en agosto, hacía mucho calor», afirma su hija, «pero con todo lo que se ha buscado, y donde se le ve última vez, no tiene ningún sentido que no haya aparecido».

Paco fue profesor de Educación Física y ha dedicado toda su vida al deporte. Desapareció cuando iba camino de hacer lo que más le gusta: caminar, entrenar.

«Quizá la desaparición de mi padre ha sido forzosa. Un enfrentamiento, por ejemplo… Mi padre es una persona que no se calla las cosas, le gusta el debate, discutir; quizás alguien le haya podido hacer algo…».

Irina contempla más opciones: «Hay quien me ha dicho que en la zona en la que desaparece, el Campo de Gibraltar, hay problemas de narcotráfico, quizás vio algo que no debe ver».

Su familia, su pueblo, lucha contra tres frentes: saber cómo, saber dónde y saber por qué. También contra el olvido. Caminan, sin detenerse, como el haría. El meta es el.

Por Susana Villanueva